Llega el verano y con él los deportes de aventura a Cuenca. Y es que la provincia se presta fácilmente al desahogo acuático en el Júcar, el Escabas, las Chorreras… Se mire por donde se mire no está tan lejos la posibilidad de dar un buen salto o pegarse un chapuzón, y mucho más divertido si es encima de una piragua o vestido de neopreno. Cualquier motivo vale: despedidas de solteros, cumpleaños, eventos de cualquier tipo, tiempo en familia… Y así es como salen como setas las empresas que guían el recorrido y aportan el material, de hecho, en Cuenca se reparten el mercado entre más de una decena. Pero, ¿qué hay del riesgo que asume el aventurero?
Asier Belenchón es el que jefe que manda en Aventuras Colgadas y lo tiene todo controlado. «¡Dificultad media-baja!» para evitar sobresaltos. Compró la empresa hace dos años, pero desde los 16 lleva enredado con este tipo de actividades que cada vez demanda más gente para celebrar las ocasiones especiales. A escasos 20 minutos de la ciudad, en la carretera hacia Villalba, organiza esta vez un descenso en piragua hasta El Tranche para dos despedidas de soltera: ¡Que me caso!, gritaba la de Balconete (Guadalajara). Ellas ponen la fiesta y Asier la seguridad. En este caso, como van a usar el kayak y la pala se asegura de que todas lleven puesto el chaleco de flotabilidad y un casco bien abrochado: «Hay algún rápido con posibilidad de volcar, pero el recorrido es más o menos tranquilo». En total un par de kilómetros, una hora y media: «Depende de lo que volquemos o lo que jueguen dentro del agua» (risas).
Dado que recientemente se publicó el accidente ocurrido en el Ventano del Diablo, ha reconocido que «todas estas actividades al final conllevan un riesgo y aunque vayas con guía y toda la seguridad posible, siempre hay unos márgenes que puede pasar algo». Por este motivo tienen que estar preparados para gestionarlo, tanto en piragüismo como en el resto de deportes que ofrecen: descenso de barrancos, vías ferratas y espeleología. Sin embargo, este tipo de descenso y el barranco de los cortados de Villalba son sus ofertas estrella, «un barranco facilito, solo con arnés y casco, sin ni siquiera cuerdas».
El objetivo tiene que ser pasárselo bien, mojarse, tirarse por toboganes naturales y saltar, eso sí, no más de 7 metros: «Hay saltos más altos, lo que pasa que por seguridad los evitamos, un salto de más de 7 metros si caes mal puedes tener problemas graves». El secreto para estar tranquilos es partir del nivel de iniciación para cualquier persona que se apunta a este tipo de actividades. Además cuentan con un seguro para que el turismo esté respaldado y hacen firmar un consentimiento con todas las implicaciones de la aventura a cada participante.
Antes de empezar uno de los monitores explica las normas de forma clara a las participantes que hacen un círculo a su alrededor. Entre las instrucciones figura el modo de agarrar la piragua cuando hay que volver a subirse y no tambalearla, así como la necesidad de soltar el remo para volver cuanto antes al soporte. En caso de no ser posible llegar a la piragua hay que adoptar la posición de brazos guardados dentro del cuerpo y cruzados en el pecho para bajar lo menos aparatosamente posible a través de la corriente. A partir de aquí, ¡todo el mundo al agua y a remar río abajo!
En su página web y redes sociales difunden sus propios videos y fotografías, así como la información para formaliza cualquier reserva.
PREPARADAS, LISTAS…
¡YA!