El proyecto, más vinculado a la propia Carretería que a la zona centro, acomete la remodelación de la calle principal y sus vías anexas, pero sigue cogiendo con pinzas la Plaza de España y el Mercado de Abastos. Los objetivos nadie los pone en duda, una remodelación urbana y la reactivación del tejido empresarial y social son “buenos propósitos”, en opinión de los conquenses. Sin embargo, el carril bici y que se consiga una verdadera conexión del centro con el Casco Antiguo genera mayores recelos.

La gente quiere saber cómo va a quedar la pavimentación de granito y los trabajos de los cruces con Calderón de la Barca, Fray Luis de León, Parque San Julián, Cardenal Gil de Albornoz, Sánchez Vera, José Luis Álvarez de Castro y San Francisco. Además de la prioridad del uso peatonal y el carril bici con aparcamientos en las conexiones se les ocurren otras ideas que llevar a cabo con los seis millones de euros que financian el plan.

Lucía es ama de casa y en sus más de 80 años ha sido testigo de cómo ha ido evolucionando esta calle tan emblemática de la ciudad. Desde que se podía atravesar con el coche sin ninguna restricción hasta la primera peatonalización del socialista Juan Ávila en 2012 que consistió en la instalación de módulos de madera y tarimas, pero que hubo que desinstalar posteriormente por falta de salubridad entre otros motivos.
Comenta que se ha informado de la aprobación de este proyecto de reurbanización y está encantada con el cambio de pavimentación, pero sin embargo no acaba de confiar en que haya “dinero suficiente para hacer todo lo que hace falta”. Porque en su opinión lo fundamental es la parte trasera que rodea el Parque San Julián y teme que todo vuelva a quedarse en nada.

Cassandra se dedica a limpiar las calles del centro y está muy contenta con la noticia. “Si es para mejoría de la ciudad, pues bien, que lo arreglen todo y lo pongan bonito para que los turistas que ya nos vienen tengan un atractivo mayor”, expresa.
Sus compañeros y ella han comentado muchas veces la necesidad de invertir en la zona, no solo en la limpieza y acondicionamiento de desperfectos, sino en un nuevo diseño que dé un impulso más grande a la ciudad. Por eso acoge con ilusión las palabras de los políticos y espera que vayan cogiendo forma en los próximos meses.

Irina trabaja en una óptica de Carretería. También está de acuerdo con que se acometan estas obras para favorecer la peatonalización de la zona y confía en que supongan un espaldarazo para todos los sectores de negocio que conviven en este lugar tan transitado de la ciudad.
A la vez, piensa que es posible aprovechar el momento para que los más pequeños salgan beneficiados. “Necesitamos espacios que estén en condiciones para los niños, yo tengo dos hijas, de 9 y 3 años, y los parques de la zona están que dan pena”, lamenta. Por este motivo anima a dedicar más esfuerzos a las zonas de juego infantil: “Me parece muy bien que arreglen la zona centro, pero que se centren también en solucionar el desastre de parques que tenemos aquí, y ya de paso que acondicionen la Plaza de España que está fatal”.

Se nota que Lucía ha leído los periódicos y está al tanto de la concreción del proyecto. Una de las cosas que más lamenta es la gran brecha que existe entre la parte antigua y la nueva que no pasa en otros sitios: “Los turistas están arriba y no sé si este anuncio va a servir para hacerles bajar, al menos espero que no cobren nada por usar las escaleras mecánicas cuando acaben los remontes y así se favorezca que bajen a Carretería”.
Pero además le da pena que el centro de su ciudad se diferencie tanto de otras ciudades como Valladolid, Gijón, Toledo…, “no hace falta irse a Madrid o Barcelona”. Considera que la calle principal de tránsito “no es lo suficientemente atractiva” en cuanto a comercios y otros negocios como para suscitar el suficiente interés entre los visitantes.
Junto a ello, agradece que se vayan dando pasos en la buena dirección y que se trabaje por el futuro de una ciudad tan bonita y que tanto Patrimonio luce.

Agustina y Auri ni siquiera se sueltan del brazo para exclamar a la vez y muy convencidas de que “¡hace falta nuevo mobiliario urbano!”. El granito para ellas es lo de menos, lo que dicen que hay que cambiar son las macetas, los contenedores, que “están rotos y no hay quien suba las tapas” para echar las bolsas de basura. En general, “deja mucho que desear” todo el material que ensambla el centro, según refieren.
En cuanto al carril bici, les parece una buena idea, pero se preguntan si los peatones lo van a respetar realmente: “Hemos visto otros carriles similares en los que la gente se cruza como si nada y no hay mucha seguridad”. Sin embargo, quieren esperar a ver los resultados y prometen seguir con cierta curiosidad las obras partir de enero de 2026.