El datchball sigue ganando terreno como uno de los deportes emergentes con más proyección en el ámbito escolar, y Cuenca ha vuelto a brillar en la V Copa de España disputada este sábado 21 de junio en Teruel. En un torneo que reunió a los mejores equipos nacionales de este dinámico deporte, los Tigres del Colegio La Paz se proclamaron subcampeones en categoría prebenjamín, tras una vibrante final que se resolvió en un partido de desempate.
La competición se celebró en el «Teruel Sport Center», que por un día cambió el sonido de las pelotas de pádel por la intensidad del datchball. En total, participaron 24 equipos de tres comunidades autónomas: Cataluña, Castilla-La Mancha y Aragón, reflejo del crecimiento imparable que está experimentando esta disciplina.
De Cuenca acudieron cinco equipos, junto a otros dos de Ciudad Real. En conjunto, Castilla-La Mancha presentó una destacada representación que dejó huella en el campeonato.
El datchball conquense, en la élite nacional
Además del segundo puesto de los Tigres, el equipo de las «Superestrellas» del Colegio Ciudad Encantada rozó el podio en categoría prebenjamín, logrando un meritorio 4.º puesto tras realizar un torneo muy completo.
En categoría benjamín, los «Campeones» conquistaron la 5.ª posición, mientras que el conjunto Datchball Cuenca B finalizó 6.º, evidenciando el alto nivel competitivo entre los equipos.
Por su parte, en categoría alevín, Cuenca E y Cuenca C, ambos del Club de Datchball Cuenca, quedaron en 5.º y 6.º lugar, desplegando un juego de gran calidad pero sin premio final.
Romero: «Esto es más que un deporte, es una escuela de valores»
Uno de los rostros clave en la expansión del datchball en la provincia es Jaime Romero, director del Colegio Ciudad Encantada y promotor de esta disciplina en los centros educativos de Cuenca.
«Esto es más que un deporte: es una escuela de valores. El datchball fomenta el trabajo en equipo, la cooperación, la inclusión, y además engancha a los niños porque es dinámico y divertido», afirma Romero.
«Ver a nuestros alumnos disfrutar, competir y representar a Cuenca a nivel nacional es un orgullo inmenso», añade.
Romero también valoró el papel de las familias y docentes: «Sin su implicación esto no sería posible. El datchball en Cuenca es un esfuerzo colectivo, y lo que hemos vivido en esta Copa de España es la recompensa al trabajo bien hecho».
Más allá del resultado: aprendizaje y compañerismo
La jornada concluyó con la entrega de premios y el reconocimiento al esfuerzo, deportividad y pasión de todos los participantes. El ambiente fue de celebración, pero también de convivencia y aprendizaje, valores que definen este deporte.
La participación conquense no solo destaca por los resultados obtenidos, sino por la consolidación de una cantera que, año tras año, demuestra que el datchball en Cuenca tiene presente y, sobre todo, futuro.