En el Centro de Educación Especial (CEE) Infanta Elena «hay un problema importante». Lo ha contado el responsable de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras de Cuenca, Julio Dolz, junto a tres madres del AMPA del colegio, quienes han convocado a los medios ante la desesperación de la falta de recursos y la «insuficiente» respuesta de la Junta.
La normativa a la que hacen referencia, el Decreto de Inclusión del Sistema Educativo que establece como medida extraordinaria la escolarización en un centro de educación especial con evaluación psicológica y seguimiento de un año, consideran que está lejos de atender las necesidades de alumnos que requieren un cuidado y atención específica. Concretamente, en el CEE Infanta Elena hay 60 escolares, más de 12 con ingreso de lunes a viernes. Pero sus problemas de comunicación, la falta de atención a normas sociales, las conductas disruptivas, las dificultades de movilidad… les llevan a denunciar que «no hay personal suficiente».
Según ha explicado Dolz, los Auxiliares Técnicos Educativos (ATEs) que dispone el centro tienen una media de 7 alumnos que atender en jornada de mañana, lo cual complica la vigilancia de niños con dificultades graves. Por eso, uno de sus primeros requerimientos es que no se hable de ratio, sino de características de los niños, porque no todos tienen la misma discapacidad. Dedicar tiempo a dar de comer, ayudar en el control esfínteres y favorecer la autonomía personal conlleva «una serie de imprevistos» que cuando hay que pedir ayuda a otro compañero quedan los otros niños sin atención y aumentan las situaciones de «nervios y estrés», propiciando un aumento en el número de incidentes.
Además, hay una reducción de jornada de una trabajadora al 50%, por lo que «en ese periodo la ratio se dispara», y hay otra categoría profesional, la de enfermería, con «déficit de recursos». El responsable del sindicato ha indicado que hay tres enfermeros para los tres turnos, pero el hecho de que solo uno esté por la mañana hace más exigente la toma de la medicación, la cura de pequeñas lesiones, posibles atragantamientos, asistencia en ataques epilépticos…, y tampoco pueden organizar excursiones entre semana para que no se ausente del centro. Junto a ello, ha desvelado que uno de los dos fisioterapeutas ha estado un mes sin sustitución, y todo ese tiempo no se ha podido tratar el control postural, la bipedestación o hacer estiramientos, algo que en este tipo de alumnado de fuerte complexión podía propiciar incluso lesiones. El colofón es que desde septiembre hay un puesto de limpieza sin cubrir y eso en un centro especial es más grave porque muchos alumnos «se llevan todo a la boca».
La presidenta del AMPA, Encarna Garrido, ha puntualizado que la baja del fisioterapeuta en realidad no se ha cubierto, sino que la persona que tenía el puesto se ha reincorporado, y que la baja de reducción de jornada, así como la de limpieza, todavía deben cubrirse. También ha pedido mayor refuerzo de personal en horario nocturno y prever la llegada de algún niño más a mitad de curso, al ser matrícula abierta. «Hablo desde lo que me duele, mi hijo, que es adoptado y no es un número, su necesidad no se puede valorar desde un despacho, ¿eso es igualdad?», se ha preguntado Encarna, quien avanza que el año que viene entran 9 niños nuevos y podrían necesitar 9 trabajadores más.
Más de 30 partes que podrían conllevar responsabilidad civil y penal
Como delegado de Salud Laboral, Julio Dolz, ha confirmado que habido más de 30 partes de incidentes y accidentes por lesiones en trabajadores (arañazos y rasgaduras), con lo que pretenden que la Administración sea consciente de la atención especial que merecen. Por todo ello, ha lamentado que se hable de inclusión cuando falta tanto para integrar a estos jóvenes en tareas diarias por su falta de control emocional, problemas hormonales y alteraciones de conducta.
Precisamente, en diciembre CCOO mandó un escrito al Comité de Seguridad Laboral de Cuenca reiterando esta problemática para que la Delegación de Educación conociera el requerimiento y se ha pedido una evaluación de riesgos psicosociales del alumnado y de riesgos del centro. Les consta que los técnicos de Riesgos Laborales de Educación han acudido para comenzar el proceso, pero han advertido también a la Junta que si se demuestra «negligencia» habrá responsabilidades civiles o penales: «No me gustaría que llegara a suceder nada, pero no pueden decir que no estaban avisados». En este sentido, ha lamentado no haber obtenido respuesta desde abril por parte del delegado de Educación sobre la falta de personal e insiste en que la cobertura de bajas y permisos no puede conllevar tanto tiempo de burocracia para ejecutarse.
«Estos padres son un ejemplo de constancia, lucha y superación, y no se merecen esto, la sociedad debe conocer la realidad de un Centro de Educación Especial que además está a 6,7 kilómetros de la capital y tiene más complicado desplazarse a eventos sociales», ha enfatizado Dolz con el aplomo que demanda este pequeño gran drama social conquense.