El pueblo de San Clemente se dispone a celebrar uno de los días más importantes en su calendario religioso y cultural: la conmemoración del Día de la Virgen de Rus, protectora de la localidad y alcaldesa honoraria, que se llevará a cabo este lunes 9 de junio de 2025. El día rinde tributo a las celebraciones que se iniciaron con la ancestral romería del domingo de Pentecostés y que finalizan con el retorno de la imagen de la Virgen de Rus a su santuario.
La ceremonia de despedida tiene lugar a las 5:30 de la mañana; residentes, fieles y visitantes se congregan en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol. A continuación, comenzará la procesión de la Virgen de Rus, parando en la iglesia de la Asunción y dando un espacio para las Madres Carmelitas. En el Santo, puesta de la lona y comienzo de la romería hasta alcanzar el santuario, ubicado a aproximadamente 8 kilómetros del pueblo. La imagen está respaldada por cientos de devotos, autoridades y fieles.
Ya en el santuario, se llevará a cabo una última ceremonia de despedida con las dos imágenes. Seguidamente, se procederá a reubicar la imagen de Rus en su camarín, donde permanecerá hasta el año venidero. A las 12:00, momento de partida de la ermita, portando la imagen de la Virgen del Remedio y comienzo de la romería hacia el pueblo. Aproximadamente a las 13:30 horas, está previsto que la Virgen del Remido arribe a San Clemente. La procesión de gala y el canto de la Salve están programados para la noche.
El Día de Rus representa una de las expresiones más vivas de la identidad de San Clemente, combinando el fervor religioso con la cultura popular y la participación masiva de sus vecinos. Un año más, el pueblo se vuelca con su patrona en una manifestación de fe y tradición muy viva.
Una devoción con más de siete siglos de historia
La devoción de la Virgen de Rus se remonta al siglo XIII, cuando, según la tradición, su imagen fue hallada por unos pastores en un paraje cercano al actual santuario. Desde entonces, su figura ha sido símbolo de protección y guía espiritual para los sanclementinos. El santuario actual, reformado en el siglo XVIII, es uno de los enclaves marianos más destacados de la provincia de Cuenca y cada año acoge a miles de devotos durante las romerías.