Isabelo Chaves, el director de una banda de música centenaria de Tarancón

El director de la Agrupación Musical Nuestra Señora de Riánsares de Tarancón repasa su más de tres décadas al frente de una formación que es símbolo cultural de toda una ciudad

Isabelo Chaves (Horcajo de Santiago 1962) es director de la Agrupación Musical Nuestra Señora de Riánsares desde 1991. Músico desde los nueve años, ha liderado la profesionalización y crecimiento de la banda, fundando la Escuela Municipal de Música de Tarancón y una banda juvenil. Bajo su batuta, la agrupación ha superado el centenar de integrantes y ha sido protagonista en actos religiosos y culturales dentro y fuera de Tarancón.

¿Cómo comenzó tu relación con la música y en particular con la banda de Tarancón?

Mi relación con la música se remonta al año 1971, con nueve años debuté en la banda de mi pueblo en Horcajo de Santiago, como clarinetista, en aquellos años el director de la banda D. Exuperancio Martínez Córdoba, también dirigía la banda de música de Tarancón y por esta circunstancia comenzó mi relación con la banda de Tarancón compartiendo mi actividad como clarinetista en ambas bandas.

Isabelo Chávez

¿Cuántos años llevas al frente de la dirección de la banda y cómo ha evolucionado desde entonces?

En 1991 fui nombrado director de la Agrupación Musical Nuestra Señora de Riánsares de Tarancón, cargo que continúo ejerciendo desde dicha fecha. Desde mi llegada impulse la formación musical, creando en 1992, la Escuela Municipal de Música adaptada a las nuevas enseñanzas musicales. En el verano del 2001 creo la banda juvenil compuesta por unos 50 niños y niñas con edades comprendidas entre 9 y 11 años.

Gracias a esta escuela la banda ha evolucionado pasando de unos 50 componentes a tener una plantilla estable con más de un centenar de músicos y mejorando muchísimo la formación artística de cada uno de sus componentes.

Tradición y modernidad como bandera”

¿Qué significa para ti dirigir una banda con tanta historia como la de Tarancón?

Dirigir una banda como la de Tarancón, significa mucho más que simplemente liderar un grupo musical. Implica asumir una gran responsabilidad cultural, artística y emocional, mantener viva una tradición con un legado, sabiendo que estás al frente de una institución con más de un siglo de antigüedad. Y sobre todo siento orgullo de una banda con historia viva, donde estamos escribiendo un nuevo capítulo en una historia centenaria.

¿Cuál dirías que es el sello distintivo de la banda de música de Tarancón?

El sello distintivo de esta banda es sin duda alguna su compromiso con el pueblo de Tarancón, nuestra capacidad para fusionar tradición y modernidad, siendo un referente cultural que une a generaciones y mantiene viva la esencia musical en Tarancón, estamos presentes dando realce y brillantez a las fiestas patronales, en procesiones y actos oficiales.

Los primeros años de la banda

El año pasado se cumplió el primer centenario de la banda. ¿Qué nos puedes indicar del significado de esta fecha tan especial?

El centenario de la banda de música de Tarancón, celebrado en 2024, es un hito profundamente significativo que va mucho más allá de lo simbólico, es reconocer ese compromiso continuo con la cultura y las tradiciones Taranconeras. Fundada en 1924, la banda ha sido mucho más que un conjunto de músicos, ha sido y sigue siendo la voz sonora de Tarancón.

Celebrar cien años no es solo recordar el pasado. Es también mirar al futuro con la misma pasión que impulsó a quienes dieron los primeros pasos hace un siglo. Este reafirmar nuestro compromiso con la cultura, con la educación musical y con la comunidad que da sentido a cada nota. Este aniversario es, por tanto, un homenaje a todos los que han formado parte de esta historia: músicos, directores, familias y al público que, año tras año ha valorado y acompañado cada actuación.

También como no al Ayuntamiento que siempre ha estado apoyando nuestro proyecto. Gracias por hacer de la banda de música de Tarancón un símbolo vivo de identidad, unión y excelencia. Que la música siga sonando por muchos siglos más.

Desfilando por las calles de Cuenca

Hablemos de su relación con la Semana Santa de Cuenca, ¿recuerdas cuál fue la primera vez que participó con la banda en la Semana Santa de Cuenca?

Mis primeras participaciones en la Semana Santa de Cuenca, se remontan a los años 70, como músico con la banda de Horcajo de Santiago y la de Tarancón, estas dos agrupaciones actuaban juntas en las procesiones de Cuenca. La primera que participe como director de la banda de Tarancón en la Semana Santa de Cuenca, fue en el año 1993 realizando tres procesiones: martes, miércoles y viernes Santo.

¿Qué significa para usted, como director, poner música a una procesión en un marco tan especial como el casco antiguo de Cuenca?

Para mí como director, poner música a una procesión en el casco antiguo de Cuenca es una experiencia profundamente emocional. Cuenca no es solo un escenario, sus calles empedradas, su arquitectura histórica, su silencio respetuoso y la entrega de su gente crean un marco incomparable. Dirigir en este entorno supone una gran responsabilidad, no se trata solo de interpretar música se trata de acompañar espiritualmente a una imagen, de sostener el paso de los banceros, de comunicar fe, recogimiento o dolor, según lo que exija el momento. Es un diálogo constante entre historia, emoción y música.

¿Hay algún momento procesional que recuerdes con especial cariño?

Si que guardo recuerdos y en concreto bajando el Viernes Santo desde la Plaza Mayor, por Alfonso VIII, hasta pasada las curvas de la audiencia, acompañando el paso del Descendimiento, con la luz de la tarde, en medio del silencio, solo roto por la música de las marchas, para mí este es un momento muy especial. Todavía más escuchando a mi amigo José Vicente Ávila, su manera de relatar el paso de las imágenes por las curvas de la audiencia, este momento lo recuerdo porque para mí es uno de los retratos más entrañables de la Semana Santa de Cuenca.

La banda ensayando

Una puerta siempre abierta para volver”

Muchos conquenses se preguntan: ¿Por qué dejó de venir a la Semana Santa de Cuenca, la banda de Tarancón?

La ausencia de la banda de Tarancón en la Semana Santa de Cuenca se debe a una combinación de factores que ha complicado su participación en estos últimos años.

¿Le gustaría volver a participar en actos relacionados con la Semana Santa o con la ciudad de Cuenca en el futuro?

Sería un verdadero honor volver a participar en la Semana Santa de Cuenca o colaborar con la ciudad en futuras ocasiones. Como director de la banda de música de Tarancón, fue una experiencia muy especial acompañar con nuestra música una celebración tan profundamente arraigada en la ciudad. Cuenca tiene una Semana Santa única, y poder aportar a su solemnidad desde el ámbito musical es algo que valoramos enormemente. Estaremos siempre dispuestos a volver a colaborar con la ciudad y sus hermandades.

En Huete

El pasado 24 de mayo, en la procesión extraordinaria de la patrona de Cuenca, estuvisteis presentes, ¿qué destacarías del ambiente vivido ese día?

Durante la procesión, además de la Virgen de la Luz, participaron otras imágenes marianas, como la Virgen de Riansares, la Virgen de la Zarza y la Virgen de las Angustias, lo que enriqueció la celebración y fortaleció el sentimiento de hermandad entre las distintas localidades.

¿Hubo algún momento de la procesión que te emocionara?

Muchos de los relatos y testimonios compartidos por los que participamos en esta procesión, coincidimos en que el paso de la procesión por carretería ya caída la noche, fue especialmente simbólico y cargado de emoción.

Después de más de medio siglo de vida dedicada a la música y más de tres décadas al frente de una de las bandas más importantes de la región, Isabelo Chaves continúa siendo sinónimo de pasión, compromiso, y excelencia. Tarancón tiene en él a un custodio de su identidad sonora, y Cuenca, a un amigo fiel que nuca ha dejado de escuchar su llamada.

Rafael Torres

Nacido en Cuenca. Estudiante del Grado de Periodismo en 4 ° curso en la Facultad de Comunicación de Cuenca
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