La misa de difuntos fue oficiada por el sacerdote y profesor Jesús Ramón Page Artolazábal, quien en la homilía de refirió “a la obra maestra de Dios sobre la tierra de Cuenca: piedra, raíces vivas y agua, que fueron moldeadas por él, dejándonos, miles y miles de milenios después, el paraíso de vida forjado en hoces abrazadas en su desabrazo”.

Palabras de lirismo en el recuerdo de Fernanzo Zóbel, que plasmó “esa obra excelsa de Dios, sinfonía de color musicalizada en su obra humana; un recuerdo de “alguien sencillamente bueno, pues es así el testimonio general de los que convivieron con él y fueron testigos de su vida”. Se cumplen, concluyó Ramón Page, “41 años ya desde que, abandonando esta tierra que él plasmó, abrazado se encuentra al Padre creador de la misma”.

Tras la misa del 41 aniversario, los asistentes se acercaron hasta la tumba de Fernando Zóbel, en el cementerio de Personalidades Conquenses, donde se realizó la ofrenda floral, y el oficiante rezó un responso por su eterno descanso y el de todos los difuntos.
Entre los asistentes al acto religioso se encontraban, junto a familiares de Fernando Zóbel, el director del Museo de Arte Abstracto Español y de Exposiciones de la Fundación Juan March; el director del IES “Fernando Zóbel”, directivos y antiguos profesores y el presidente y secretario de la Hermandad de San Isidro (Vulgo de Arriba).
José Vicente Ávila