Cada vez hay más proyectos educativos en Casilla-La Mancha que buscan profundizar en las raíces, pero no como una moda sino como una manera de encontrar la identidad, ya que está irremediablemente unida con la cultura y el folclore de cada territorio. De esto ha venido a hablar este miércoles a Cuenca el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Amador Pastor, como invitado especial al musical Ubuntu, que significa “Todos juntos somos más”.
“Llevamos años desde la Consejería trabajando con este proyecto que tiene una singularidad. Y es que trasladamos los escenarios, los estudios, los espacios de ensayo a las propias aulas”, aclara Pastor. Está dirigido a alumnos de 5º y 6º de Educación Primaria y 1º de la ESO. En el evento participan 26 centros de la región e involucra a 50 profesores y 800 estudiantes en los dos pases de esta actividad. Concretamente en Cuenca, en la jornada de mañana participa Graja de Iniesta que son 32 alumnos y en la de tarde están Tarancón y Motilla, con 41 y 51 respectivamente, y Carboneras que son 24. En total, 148 alumnos conquenses.
Pastor asegura que es necesario “seguir avanzando en el aprendizaje de la disciplina de la música que viene a concienciar sobre la emergencia climática”, así como introducir contenidos educativos de forma motivadora. Se ha mostrado orgulloso de las “cuotas de éxito en la participación”, pues a lo largo de los tres últimos años se han registrado 75 centros educativos y 2.100 alumnos.
DeRaíz
Por ello, desde el Centro Regional de Formación del Profesorado se impulsa “una línea nueva” para la formación del profesorado que se llama “DeRaíz”. Lo que busca, según explica, es que esa parte de la cultura del folclore popular de Castilla-La Mancha llegue también a ser trabajado y conocido desde las aulas.
En este sentido, Pastor avanza que van a crear “una especie de alianza de la escuela para trabajar en red y, sobre todo, llevar la cultura tradicional también a las aulas”. De manera que, a partir del año que viene, se trabaje la cultura castellanomanchega en 90 centros educativos, con un impacto en 3.000 alumnos.
“Es un buen momento para cerrar este curso con Ubuntu y mirar hacia el futuro diciendo que enriquecemos aún más el contenido propio de nuestras escuelas”, manifiesta. A su juicio, hay una necesidad de trabajar las raíces culturales e identitarias en los currículos educativos y hay que hacerlo a través de esa seña de identidad que es el folclore.
Nadie es pequeño para hacer grandes cosas
Por su parte, el director de la orquesta Carlos III y del proyecto Somos Ubuntu, Juan Manuel Alonso, se ha mostrado “satisfecho” con la realización de este musical, ya que “los profesores que llevan este proyecto a las aulas consiguen los propósitos de inclusión, trabajo en equipo, y otros valores de manera creativa a través del arte y la música”.
Con casi 500 niños en el escenario se cuenta una historia en 75 minutos que tiene una temática de interés para adolescentes y preadolescentes. Noa y Muriel van a seguir la tradición de su abuelo que se dedicaba al cine, e intentan encontrar las pistas para mandar un mensaje a todo el mundo: “que juntos podemos salvar el planeta y que nadie es demasiado pequeño para hacer grandes cosas”.
A juicio del director, “una de las virtudes del musical es la de combinar una orquesta profesional, con solistas y producción profesionales, junto con amateurs”. Y eso es lo que enriquece el resultado, pues “son los niños los que traen a los padres a los conciertos y no al revés”.