El aviso para los alérgicos en Cuenca esta primavera

Las medidas higiénico-sanitarias, el tratamiento farmacológico y la inmunoterapia, principales aliados de los alérgicos

Que el famoso prick test en la jerga médica le saque los colores al antebrazo es una cosa, pero que la congestión, los estornudos y el picor se adueñen de la vida tan descaradamente es otra bien distinta. El alérgico teme ciertas épocas del año porque sabe que empieza su pequeño calvario: pañuelos interminables, nariz enrojecida, ojos lacrimosos y antihistamínicos a saco.

Sin embargo, aunque el escaparate de pólenes parezca muy amplio las combinaciones en Cuenca se reducen a tres: la arizónica desde diciembre, el olivo para mayo y la gramínea primaveral, lo cual no complica demasiado el jeroglífico. Así es como lo vive día a día en el ejercicio de su profesión el doctor Antonio Moreno, jefe de sección de la Unidad de Alergia del Hospital Virgen de la Luz, a quien no le hace falta hacer demasiadas cábalas para acertar con una vacuna.

“Los pólenes de gramíneas están disparados en Cuenca”, relata. Trigo, avena, cebada, centeno, grama, césped… Son todas plantas de las familias de las gramíneas y sus pólenes causan alergias en esta época del año. “Están por encima de 300 gramos por metro cúbico de aire y son niveles de polinización muy muy elevados”, matiza el especialista. En este caso, Cuenca no se diferencia del resto del mapa regional pues la proporción de pacientes alérgicos ronda el 28%, situándose incluso un poco peor que Guadalajara y Albacete.

En este sentido, tiene claro cuál es el patrón alérgico más frecuente en la ciudad. Así, los grupos de prevalencia de polen siguen este orden: en primer lugar, gramíneas, el segundo grupo, olivo y, por último, arizónicas. “Puede que hace 20 años las personas estuvieran monosensibilizadas a un solo un tipo de plantas, pero el perfil actual es polisensibilizado y nos hemos acostumbrado a que la mayoría de alérgicos sean subsidiarios de curarse con una vacuna que contenga todos los elementos que les produce la alergia”, declara con convicción. O sea, “hay vacunas que curan las tres alergias”.

El Dr. Moreno explica que hay tres tipos de tratamientos en los casos de alergia:

– Las medidas higiénico-sanitarias se traducen en consejos para los pacientes como evitar en los meses de mayo y junio a parques y jardines, tender la ropa al aire libre, usar gafas de sol, circular con la ventanilla de los coches subida…, es decir, evitar lo máximo posible el contacto con el polen.

– El tratamiento sintomático se lleva a cabo a través de la medicación. Básicamente, son los antihistamínicos y los broncodilatadores para quienes tienen asma.

– La inmunoterapia hace alusión a las vacunas antialérgicas, dependiendo de la sensibilización del paciente. Recuerda que según afirma la Organización Mundial de la Salud es el único tratamiento efectivo que puede curar al paciente, para que los síntomas vayan a menos y no a más.

Según comenta el Dr. Moreno, los tres tratamientos son compatibles y se complementan entre sí. No pasa por alto que en medicina el cien por cien de curación no existe, pero echa mano de los registros para trasladar que el 90% de pacientes que se vacunan mejoran y el 75% se cura. “Estoy muy satisfecho con la evolución de los pacientes”, concluye.

Y es que pocas especialidades se ponen tan a prueba como esta por la desesperación del paciente ante sus síntomas. Sin duda, el control ambiental acaba siendo la medida más socorrida cuando ya se ha echado mano de todo lo que había en el botiquín.

Almudena Collado

Redactora de El Digital de Cuenca. Nacida en Cuenca. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación en radio y televisión como Cadena COPE, CMM y profesora de Onda Radio en Universidad Francisco de Vitoria.
Botón volver arriba